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El contacto de nuestros labios fue solo un preámbulo.
Enseguida, tracé una línea de provocativa seducción por su cuello, por su nuca, por detrás de las orejas, hasta terminar de nuevo en su boca.
Primero quite su ropa y ella hizo lo mismo conmigo. Antes de que pudiera darme cuenta, me estaba empujando suavemente hacia su cama.
Abrió ligeramente los labios para dejar que mi lengua penetrase en ella e iniciara la sublime exploración de cada rincón de su boca, al unísono con la danza que sus manos iban ejecutando. Todos mis sentidos se iban alterando con un juego sensual que sensibilizaba mi piel.
Una vez mas Perdía la noción del tiempo y el espacio, subyugada por ella hasta alcanza un grado de erotismo de tan exquisitas proporciones que todo mi cuerpo empezó a sentir la necesidad de una satisfacción completa. A su vez comenzaba a tentarme cada vez mas para que la poseyera.
Repetidamente le bese su cuello, luego en sus pechos hasta arrancarle un grito de placer cuando comencé a lamer sus orejas, lo que intensificó el placer hasta convertirlo en un tormento físico.
Un gemido apasionado emergió de su garganta y con una fiereza indómita me pego totalmente a su cuerpo. Un deseo salvaje empezó a consumirme cuando me hice dueño de su intimidad, explorando todos sus rincones sensibles. Entonces con un suave y certero movimiento la penetre sintiendo la caricia suave de su cavidad envolvente.
Se agarro a mi e inicio, sin reparos, un rítmico movimiento que incremente hasta lograr una sensación tan intensa que no se podía quedar contenida en los dos cuerpos. El deseo sobrepaso los limites de lo tolerable hasta culminar en un clímax desmedido que nos llevo a el éxtasis..

Mi parte racional ya no tiene nada que hacer, tampoco lo sabe.

Mi corazón me pide que me embarque en ese velero sin timón,

aun sabiendo los riesgos que correré.

El viaje en si será inolvidable...